ERES UN ÁNGEL PARA ALGUIEN
Había una vez una niñita sentada en un parque. Todos pasaban por su
lado y nunca nadie se detenía a preguntarle que le ocurría. Vestida
con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequeña niña se
quedaba sentada mirando a todo el mundo pasar. Ella nunca trato de
hablar, no dijo una sola palabra. Muchas personas pasaron pero nadie
se detuvo.
Al día siguiente yo decidí volver al parque a ver si la pequeña niña
estaba ahí. Sí, ¡ahí estaba!, en el mismo lugar en el que estaba
ayer. Con la misma mirada de tristeza en sus ojos.
Me dirigí hacia ella. Al acercarme noté que en su espalda había una
joroba. Ella me miró con una tristeza tan profunda que me rompió el
alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije: "hola". La pequeña me
miró sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo.
Hablamos hasta que los últimos rayos de sol desaparecieron. Cuando
sólo quedábamos nosotros dos y todo era oscuridad alrededor, le
pregunté por qué estaba tan triste.
La pequeña me miro y con lágrimas en sus ojos me dijo: "porque soy
diferente".
Yo le respondí con una sonrisa: "lo eres".
Y ella dijo aun más triste: "lo sé".
Le contesté: "pequeña, ser diferente no es malo. Tú me recuerdas a
un ángel dulce e inocente".
Ella me miró... se sonrió y por primera vez sus ojos brillaron con
la luz de la alegría.
Despacio se levanto y me dijo: "¿es cierto lo que acabas de decir?"
Le respondí: "eres como un pequeño ángel guardián enviado para
proteger a todos los que caminan por aquí"
Ella movió su cabeza afirmativamente y sonrió.
Ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos
hermosas alas salieron de allí. Me miró sonriente y me dijo: "yo soy
tu ángel guardián". Yo no sabía qué decir.
La niña me dijo: "por primera vez pensaste en alguien más. Mi
misión está cumplida".
Me levanté y le pregunté por qué nadie le había ayudado.
Ella me miró y sonriendo me dijo: "tú eras la única persona que
podía verme".
¡Y ante mis ojos desapareció!. A/D
Había una vez una niñita sentada en un parque. Todos pasaban por su
lado y nunca nadie se detenía a preguntarle que le ocurría. Vestida
con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequeña niña se
quedaba sentada mirando a todo el mundo pasar. Ella nunca trato de
hablar, no dijo una sola palabra. Muchas personas pasaron pero nadie
se detuvo.
Al día siguiente yo decidí volver al parque a ver si la pequeña niña
estaba ahí. Sí, ¡ahí estaba!, en el mismo lugar en el que estaba
ayer. Con la misma mirada de tristeza en sus ojos.
Me dirigí hacia ella. Al acercarme noté que en su espalda había una
joroba. Ella me miró con una tristeza tan profunda que me rompió el
alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije: "hola". La pequeña me
miró sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo.
Hablamos hasta que los últimos rayos de sol desaparecieron. Cuando
sólo quedábamos nosotros dos y todo era oscuridad alrededor, le
pregunté por qué estaba tan triste.
La pequeña me miro y con lágrimas en sus ojos me dijo: "porque soy
diferente".
Yo le respondí con una sonrisa: "lo eres".
Y ella dijo aun más triste: "lo sé".
Le contesté: "pequeña, ser diferente no es malo. Tú me recuerdas a
un ángel dulce e inocente".
Ella me miró... se sonrió y por primera vez sus ojos brillaron con
la luz de la alegría.
Despacio se levanto y me dijo: "¿es cierto lo que acabas de decir?"
Le respondí: "eres como un pequeño ángel guardián enviado para
proteger a todos los que caminan por aquí"
Ella movió su cabeza afirmativamente y sonrió.
Ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos
hermosas alas salieron de allí. Me miró sonriente y me dijo: "yo soy
tu ángel guardián". Yo no sabía qué decir.
La niña me dijo: "por primera vez pensaste en alguien más. Mi
misión está cumplida".
Me levanté y le pregunté por qué nadie le había ayudado.
Ella me miró y sonriendo me dijo: "tú eras la única persona que
podía verme".
¡Y ante mis ojos desapareció!. A/D
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