El hombre de mi vida
Conocí al hombre de mi vida cuando ni siquiera sabía usar esa frase. Viví un tiempo con otro. Me casé, con otro. Tuve hijos, con otro. Y desistí de buscar al hombre de mi vida, con otro.
Con el paso de los años, me encontré nuevamente con aquel que no sabía que era el hombre de mi vida en esa edad en que ni siquiera me importaba la frase. Y entonces, lo descubrí. Descubrí que ESE era el hombre de mi vida, sólo que no podía saberlo porque ignoraba que en la vida había que tener un hombre.
Ahora que por fin reencontré al hombre de mi vida, simplemente me queda esperar a que él se dé cuenta de que yo también soy la mujer de su vida. Para eso, claro, debe dejar primero de pensar que quien está con él ahora, es la mujer de su vida.
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