El arpa y la dulzaina, unidas
en melodía amorosa. Música del alma, el amor, cuando sus notas se acoplan en
una única partitura.
Concierto de belleza que nadie puede acallar. Fascinación de los sentidos que suspiran. Nacimos de la música y de la mano levantamos en vuelo armónico.
Este nudo que quiere asfixiar la entraña, me arrastra hacia abajo, y rompiendo una cuerda me hace desafinar. Sigue tú. Aquí me quedo, en el último bosque que me encontré contigo.
Mi aguda nota tomará el ritmo de esa hoja al caer.
Concierto de belleza que nadie puede acallar. Fascinación de los sentidos que suspiran. Nacimos de la música y de la mano levantamos en vuelo armónico.
Este nudo que quiere asfixiar la entraña, me arrastra hacia abajo, y rompiendo una cuerda me hace desafinar. Sigue tú. Aquí me quedo, en el último bosque que me encontré contigo.
Mi aguda nota tomará el ritmo de esa hoja al caer.
Sakkarah
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