5 de abril de 2014
La llave de la buena vida .
Concéntrate en estar contigo, en escuchar y sentir tu cuerpo, tus sentimientos, tus deseos, tus temores. Mantente cerca de ti mismo.
Podrías cometer el pecado de no distinguir bien lo que sí tienes y eres de lo que no tienes ni eres. Se trata de una tarea constante porque estamos siempre en movimiento. Nunca estamos acabados. Nunca nos bañamos dos veces en nuestro mismo ser ni en nuestra misma realidad. Todo cambia y nunca somos el mismo que éramos hace un momento. Eso significa que cada día es diferente y necesitamos escucharnos, estar atentos a nosotros mismos en todo momento, en todo instante, sensibles a nuestras sensaciones e intuiciones, para reconocer el próximo paso a dar en nuestro camino. Que te asista el recurso de la conciencia, de la atención, del percatarte y darte cuenta de lo que te mueve a cada momento, ya sea en los amores, en tu trabajo, en tu lugar en el mundo, en tu intimidad, en tu salud y enfermedad. No te apartes de ti mismo. Mantente despierto y atento.
LA LLAVE DE LA BUENA VIDA. de la web
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